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Reflexiones Anteriores |
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Es una acción tan normal en el ser humano; no
denigra a nadie; más aún cuando atravesamos por momentos
difíciles, como estar perdido en medio de un fuego, bajo
escombros, etc. Lo normal es pedir ayuda con al esperanza de ser
escuchado y que sea movido a misericordia quien escucha para
darnos la ayuda que necesitamos.
También en lo profundo del ser hay necesidades que
deben ser atendidas con urgencia, como: angustias, temores,
esclavitudes, odios, rencores. Pero en la mayoría de los casos,
no se sabe a quien pedir ayuda. Sí, hay a quien pedir: a DIOS.
El declara:
“Clama a Mí y YO te responderé…”
Jeremías 33:3ª
Por nada siga en el silencio mortal y destructivo
de su ser acallando con falsedades lo que destruye su vida. Clame
a DIOS, pero clame con fe y sinceridad. Le aseguro que
EL es el único que puede hacerlo. Transformará todo lo que
mina y entristece su vida, en paz, tranquilidad y esperanza.
Acepte a JESUCRISTO como su salvador y tenga
toda la ayuda que necesite.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor, Iglesia Bautista de Roosevelt
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