Es una palabra que usamos y muy pocas veces
caemos en cuenta de lo significativa y determinante que es.
Por ejemplo: El maestro preguntó al alumno: “¿Cómo se llama la
transformación de líquido a gaseoso?” El muchacho pensó por
un momento y luego dijo: “Esa transformación se llama
condensación”.
¿Sabe, mi amado lector, que existe otra
transformación mucho más importante que un fenómeno físico? Es la
que se realiza en el ser humano por medio de JESUCRISTO.
JESUCRISTO puede transformar a un
perdido en salvado, a un pecador en perdonado, a un
esclavo en libre; si tan solo cree y acepta a JESUCRISTO
en su corazón.
“Porque el
Hijo del Hombre – JESUCRISTO – vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido”.
Lucas
19:10
¿Desea usted disfrutar de esa maravillosa
transformación? No tarde más, crea en JESUCRISTO y
acéptelo en su corazón hoy mismo.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
|