Esta palabra parece muy difícil expresarla en este
tiempo, cuando vemos y experimentamos situaciones que afligen y
alteran nuestra paz.
Nos da tristeza reconocer que muchas personas que
conocemos y con algunas que nos relacionamos, no pueden decir “soy
feliz” y es más que seguro, nunca lo han sido.
En este mundo tan convulsionado, se puede ser
feliz. El secreto: encontrar la fuente de la felicidad. Pero
esa no está en el dinero, la comodidad, el poder, los lujos, etc.
No, allí no se encuentra.
La fuente de la Felicidad se encuentra en
JESUCRISTO. El salmista lo expresa así:
“Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se
regocijará en su Salvación”.
Salmo 35:9
¿Por qué en JESUCRISTO? Porque al aceptarle
en su corazón como su salvador, El: le perdonará todos sus
pecados, limpia sus rebeliones y su amor transforma su ser. La
felicidad comienza de adentro. ¿Es usted verdaderamente
feliz? Si no lo es, acepte a JESUCRISTO como su
Salvador hoy mismo y diga seguro: “Mi alma se alegrará y
regocijará en JESUCRISTO mi Salvador”.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
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