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“Vino luego a él palabra de Jehová; diciendo: Levántate,
vete a
Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí
a una mujer viuda que te sustente. 1ra. Reyes 17:
8-9 |
“Dios obra por senderos misteriosos.”
Esta expresión se escucha con mucha frecuencia cuando la solución
a algún problema o situación que nos aqueja, llega cuando menos lo
esperamos y en circunstancias difíciles de explicar. Como
cristianos estamos llamados a presentar nuestras cargas delante de
Dios. La solución cuando llega, y de la manera que llega, si
tenemos fe, no nos debe sorprender.
En el pasaje
bíblico citado se nos presenta al profeta Elías pidiéndole
sustento a una mujer que apenas tenía comida para ella y su hijo.
En el versículo 4 del mismo capítulo 17 fue alimentado por unos
cuervos. Elías sabía que Dios estaba detrás de todo lo que le
sucedía; ¿lo creemos nosotros?
Experiencia Personal:
Durante los
últimos cuatro años he confrontado, junto a otros miembros de mi
familia, situaciones económicas muy retantes. Por lo menos cuatro
personas indiferentes a los asuntos de la fe, han sido
instrumentos de Dios en el proceso de nuestra restauración
financiera
(¿los cuervos?).
Personas con limitados recursos también han sido instrumentos de
Dios en esta problemática
(¿la viuda de Sarepta?).
Una de mis
suplicas constantes a nuestro Señor y Salvador Jesucristo es que
me sensibilice para que pueda ver Su mano en todo lo que me
sucede. Reconocer la intervención de Dios y expresarlo verbalmente
es lo menos que podemos hacer para honrar Su nombre.
Mi invitación a
los lectores de esta reflexión es que, como Elías, obedezcamos a
Dios y esperemos en El.
Tu hermano en Cristo,
Neftalí Rivera Nieves
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