Holger Nisson nació en una pequeña aldea de 300
habitantes de Suecia. Fue criado en la pobreza, pero sus padres
le inculcaron virtudes como gratitud, respeto, honor y cortesía y
también generosidad e integridad, dedicación al estudio y el
trabajo. Fue escalando en su trabajo que al final fue socio de la
empresa. Al morir tenía la respetable fortuna de 4 millones.
En su testamento expresó que se repartiera entre
los habitantes de su aldea natal, comprendidos entre los 18 a 65
años, cantidades iguales; y razonaba la nota:
“Dios dejó una herencia para todos, yo también deseo dejar la mía
a todos”.
Las virtudes que más satisfacción producen son: la
generosidad y la gratitud. Quien tales virtudes practica, vive en
armonía con todos.
DIOS fue quien enseñó al ser humano estas
virtudes. Lea con atención:
“Porque de tal manera amó DIOS al mundo, que ha
dado a su HIJO unigénito; para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, más tenga vida eterna”.
Juan 3:16
Comience a disfrutar de estas virtudes. Acepte la
generosidad del verdadero amor de DIOS, quien desea
salvarle, perdonarle y darle vida eterna. Viva en armonía con
DIOS, crea en JESUCRISTO y sea salvo y feliz.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor, Iglesia Bautista de Roosevelt
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