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Estaba de turista por Noruega un español muy
religioso, que pidió visitar la Iglesia principal de la ciudad.
Al llegar, mirando hacia la torre, se sorprendió al ver la figura
de un cordero. Preguntó al guía el por qué de esa escultura. El
guía le narró la siguiente historia:
“Cuando construían la torre de la Iglesia, uno de
los trabajadores se resbaló y cayó desde arriba. Sus compañeros
bajaron de prisa esperando encontrarlo aplastado; pero no fue así,
estaba vivo. ¿Qué pasó? Un rebaño de ovejas pasaba justo en el
momento de la caída y la manada amortiguó el golpe, pero un
cordero recibió todo el peso del hombre y murió aplastado. En
memoria de aquel cordero, se esculpió su figura en el lugar exacto
de la caída”.
Hay otro Cordero que fue inmolado, no por un
hombre, sino por toda la raza humana, para salvarla, perdonarla y
transformarla. Ese es JESUCRISTO.
Lea con atención:
“…El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir y dar su vida en rescate por muchos”
Mateo 20:28
¿Podrá usted rechazar al que dio su vida para
salvarle? Acepte hoy a JESUCRISTO, Él es el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. ¡Créalo
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
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