La ramera que tuvo misericordia con los espías que vinieron contra Jericó, hizo un trato con ellos:  “Yo tengo misericordia con ustedes ahora, pero les exijo promesa de misericordia para mí y toda mi familia cuando Jericó sea conquistada”  Josué 2:11-14

Trato hecho.  Los resultados fueron estupendos.  Los espías regresaron donde Josué.  Llegó el momento de la conquista.  Israel obtuvo Victoria en todas las batallas.  Llegó el momento de cumplir el trato de misericordia con la ramera llamada Rahab.

Todos sabemos que la recompensa de Dios a Rahab se extendió hasta permitirle entrar en la Línea Mesiánica por tener un hijo de la casa de David.

Una buena pregunta para  concienciar el alcance de la misericordia de Dios:  Si aún un trueque de misericordias ejerce tanto poder en recompensa de Dios; ¿a dónde sería capaz de llegar la recompensa, si usted ejerce misericordia con alguien que le está hiriendo?

Ese fue y es el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.

Dios le bendiga,

Hna. Esther Gely Tirado