Era la atracción principal del zoológico. Llevaba
el nombre de Lucknow. Era un elástico e inquieto tigre blanco.
Ese día, el encargado de cuidar al tigre entró a la jaula
confiado, porque lo conocía por varios años y se manifestaba
generalmente amistoso. Algo pasó; el tigre saltó sobre él y lo
mató. “A la fiera la podemos sacar de la selva, pero no podemos
sacar a la selva de la fiera”, así lo expresó el director del
zoológico.
La fiera sigue siendo fiera sin importar donde se
encuentre. Ese instinto que vive en los carnívoros en algún
momento aflora, como el mimoso gato al sacar las uñas causando
dolorosas heridas y el perro fiel al clavar sus colmillos.
Civilizaciones han pasado y no han podido sacar del
corazón humano la fiera primitiva, a pesar de la religión, la
cultura, la educación, los trajes, las joyas; el hombre es un
empedernido pecador y no existe medicina que pueda curarlo. Lea
esto:
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne”
Ezequiel 36:26
Solo JESUCRISTO, el Hijo de DIOS,
puede quitar el corazón de piedra y poner un corazón de carne,
convertir al pecador en una nueva criatura salvada y transformada.
¿Quiere que JESUCRISTO haga eso en usted?
Acéptelo como su único y suficiente salvador hoy mismo.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
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