¡Basura
Había
nacido en un barrio pobre, en una familia de ocho hijos. El
vertedero de basuras del pueblo estaba cerca, basura era lo
que comía, y basura lo que vestía. Acosado por la necesidad,
Jaime, joven hispano de dieciséis años de edad, cruzó la
frontera del norte y entró a los Estados Unidos. Iba en busca
de trabajo y un nuevo horizonte.
Molido,
triste y vencido por el cansancio, se acostó a dormir en un
contenedor de basura y, antes que Jaime pudiera dar aviso de
su presencia en el camión, éste lo trituró, rompiéndole varias
costillas; ya en un hospital de San Antonio, se preguntó: ¿Seré
yo basura nada más?
Ésta
pregunta es repetitiva cada día hay más, en un mundo
insensible, austero y sin misericordia.
Lea con
atención: “En
esto se mostró el amor
de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo, para que vivamos por él” 1ª.
Juan 4:9
Para los ojos de DIOS, ningún ser humano es basura; nos ha
valorado de una manera tan especial que envió a su HIJO
unigénito, para salvar, perdonar y transformar la vida de todo
el que a JESUCRISTO acepta
como su Salvador y Señor. ¿Lo
ha hecho usted ya?
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor: Iglesia Bautista de Roosevelt |