Es lo que muchas personas en todo el mundo quisieran ser en
cualquiera que sea la situación, pero lo que el alcohol
realiza en quien lo ingiere es todo lo contrario.
¡Increíble Hoy día no se concibe ninguna fiesta,
celebración, homenaje, festejo, sin que haya copas de licor
circulando entre los concurrentes. El alcoholismo se ha
constituido en el azote de nuestra sociedad.
Hay una manera de volver a la sobriedad, al dominio propio,
a conservar el equilibrio no solo físico, sino mental, moral y
espiritual.
Lea éste consejo efectivo: “El vino es escarnecedor, la
sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra, no es
sabio” Prov. 20:1
Le invito a vencer esa fatal tentación como lo es el
alcohol, crea en JESUCRISTO, su poder transformador hará en
usted la persona más feliz, segura y con paz.
Acepte a JESUCRISTO como su salvador y sea un vencedor.
DIOS le bendiga.
Rev. Joel Velásquez Peralta.