La fuerza del perdón hace olvidar las ofensas y
alivia el resentimiento; se ha comprobado que desterrar la ira,
reduce el estrés hasta un 50%.
Vivir con raíces de amargura, solo por no
perdonar, hace que en nuestro cuerpo se conviertan en toxinas las
hormonas que deberían protegernos (adrenalina y cortisol). El
cortisol atrofia las neuronas, aumenta la presión arterial y sube
el nivel de glucosa, propiciando endurecimiento de las arterias y
la aparición de males cardiacos. Perdonar detiene la secreción de
estas hormonas.
Con gran verdad encontramos en el Padre
Nuestro, la maravillosa petición:
“Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores”
Mateo 6:12
No viva más con ese resentimiento, usted puede
perdonar, pero solo si disfruta del perdón que JESUCRISTO
da. Pídale que le perdone, JESUCRISTO quiere hacerlo. La Biblia
contiene este verso:
“Si confesamos nuestros pecados,
El – JESUCRISTO – es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”
1 Juan 1:9
Pídale el perdón de sus pecados a
JESUCRISTO ahora mismo y termine con ese rencor, ira y
amargura. Solo JESUCRISTO puede hacerlo, acéptelo como su
salvador.
Dios le Bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt |