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Cuatro maleantes toman por asalto el banco de un
pueblo muy poblado en los Estados Unidos. Alguien hizo sonar la
alarma y en instantes el edificio donde el bando está ubicado fue
rodeado por la policía. Uno de los asaltantes toma de rehén a una
empleada quien es madre de dos pequeños y con seis meses de
embarazo.
A poca distancia, con un arma apuntándole a la
cabeza, está el gerente del banco, quien, sin tomar tiempo para
analizar, dice: “Déjala libre, yo tomo su lugar”; salvando así la
vida de la empleada.
Algo parecido sucedió hace años atrás, cuando, no
en un acto heroico, sino salvador, JESUCRISTO se ofrece
voluntariamente para tomar nuestro lugar y morir para salvarnos.
Lea con atención:
“Mas ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre EL, y
por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías 53:5
¿Sabía esto? JESUCRISTO tomó su lugar.
¿Qué hará usted con JESUCRISTO? Ábrale su corazón
aceptándole como su Salvador. Sea libre del peso del pecado y
gozará de paz y vida eterna. Nunca lo olvide, JESUCRISTO
tomó su lugar.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
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