Reflexiones Anteriores

 

Señorita Dinamita

Helen Gray, una mujer Escocesa de 30 años, lidera junto a un grupo de mujeres, uno de los trabajos más peligrosos del mundo.  Este trabajo  lo realiza en Zimpeto, un distrito norte de Maputo la capital de Mozambique en el cual para el principio de los años 70 los portugueses sembraron minas mortíferas cuando el país luchaba por independizarse de Portugal.

Las mujeres usan caretas y chalecos antibalas mientras revisan cada centímetro de tierra con detectores de metales.  Al acercarse el momento de la detonación, se inicia una cuenta regresiva de los minutos, y después de unos segundos el ruido del estallido inunda el aire.  En seguida surge una nube de humo negro en forma de hongo que asciende lentamente hacia el cielo.  Todo ha terminado y en la provincia de Maputo ahora hay una mina menos por la cual preocuparse.

Hoy día el ser humano también tiene la oportunidad de liberarse de esas situaciones negras y peligrosas a causa de vivir una vida pecaminosa que es tan peligrosa como el trabajo que realiza esta valiente mujer.

“Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros caminos por caminos de Paz”.   Lucas 1:79

Que bendición que podemos celebrar con alegría en esta época que llamamos Navidad.  El nacimiento del redentor del mundo, Jesús nuestro Salvador, el que también realizo una tarea muy peligrosa y dolorosa, morir por cada uno de nosotros para que pudiéramos obtener la vida eterna y poder decir con alegría que:

 

¡Navidad Proclama Salvación

 

Dios le Bendiga,

Su hermano en Cristo

Luis Forteza