Lo más triste de la vida es ver morir un sueño y
muchas veces somos nosotros los que, al darnos por vencidos, no le
damos la oportunidad de nacer.
El maestro Ludwing Van Beethoven, creador de
grandes obras musicales, es un ejemplo de ello. Escribió treinta
sonatas, diecisiete cuartetos, nueve sinfonías, varios conciertos
y muchas obras más de incomparable expresión. Todo esto cuando
luchaba con su infortunio: la pérdida del sentido del oído. Su
oído estaba muerto, pero siguió dándole al mundo el arte de su
música.
En el Calvario principia la lección más grande de
muerte a vida: JESUCRISTO muriendo en una cruz para
salvarnos y resucitando de los muertos para darnos vida.
Atienda su declaración:
“De cierto, de cierto os digo: el que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
Juan 5:24
El deseo de JESUCRISTO es que usted sea
salvo y tenga vida eterna. No haga morir esta oportunidad.
Acepte a JESUCRISTO como su personal salvador hoy mismo.
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor, Iglesia Bautista de Roosevelt
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