Reflexiones Anteriores

Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el  discípulo la recibió en su casa.                           Juan 19:27

 

La cita es una de las siete expresiones que hizo el Señor desde la cruz.   En la agenda del Señor, antes de completar su misión redentora, debió ser sumamente importante dejar a su madre bajo el cuidado de alguien que la amara y fuera confiable.   Dice la palabra que desde aquella hora el discípulo la  recibió en su casa.

Imaginamos a Juan como una persona sensible, capaz de amar intensamente.  Sólo el apoyo de un amor intenso y abnegado podía calmar el dolor de una madre al ver su hijo sufrir como sufrió Jesús en la cruz del calvario.  Sólo el amor es más grande que el dolor más desgarrador.  Desde la cruz surgió el bálsamo que  necesitaba María en su hora más amarga.

Honremos a nuestras madres como Jesús honró la suya.  Honrémoslas en todo momento, amándolas, siendo tolerantes y respetuosos. Cuidemos de ellas hasta el fin de sus días porque es mandato de Dios.  Aquellos que no la tenemos presente, recordémosla con gratitud a Dios por la bendición de haberlas  tenido.

Felicidades a todas las Madres.

Su hermano en Cristo,

Neftalí Rivera Nieves