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Cientos de años atrás, un noble rico en una
aldea Europea quiso dejar un legado a sus paisanos. Después
de mucho pensar, construyó un templo. Nadie pudo entrar a
verlo, hasta que estuvo terminado.
¡Cuán maravillados quedaron todos cuando al fin
llegó el día de su inauguración Era una verdadera obra maestra.
Pero entonces, alguien exclamó: ¡Pero, aquí no hay luces
- ¡Ah Exclamó el noble - ¿Ven esos ganchos en los
muros? Y entregando una lámpara por familia, les dijo: “Cada
familia traerá su luz al venir a adorar a Dios. Estando
presentes, el lugar donde se sienten estará alumbrado. Si se
ausentan, su lugar estará oscuro. Esto les recordará estar
siempre presentes, o algún lugar en la casa de Dios estará oscuro”
¡Qué hermoso ¿Estás brillando tú para Cristo? Ya
no se trata de lámparas, sino de que JESUCRISTO sea tu
Salvador. Con JESUCRISTO en tu corazón, reflejarás Su Luz
(vida) en todo lugar; y ya no habrá oscuridad a tu alrededor.
Jesús mismo dijo:
“…YO SOY LA LUZ del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
Juan 8:12
Acepta a JESUCRISTO como tu único Salvador, y
brillará en ti su Luz por siempre.
En el Amor del Señor,
Hna. Nivea
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