Reflexiones Anteriores

El   Olfato

 

    

Es el sentido de la atracción; también el del buen ánimo, el del recuerdo, de la relajación y la sensualidad.  Con todo, subestimamos el sentido del olfato y apreciamos mucho más la vista y el oído.

.

     Permítame recordarle que es el sentido que usamos primero al venir al mundo.  Una hora después de nacer, los bebés son capaces de reconocer los pezones de su madre por el olor.  La razón: tenemos cerca de 1,000 genes que nos permiten reconocer y recordar más de 10,000 olores distintos.  Esto nos capacita para distinguir el romántico olor del perfume, el penetrante olor del ajo, el hedor del desecho y el fresco aroma del limón.  Esa habilidad que tenemos de reconocer lo que pasa a nuestro alrededor, nos permite aún defendernos de la muerte cuando sentimos el olor por ejemplo, de algo que se está quemando.

 

     La verdad es que como quisiéramos que el olfato nos pusiera en sobre aviso con el pecado y reconocerlo por el olor.  Pero no necesitamos de él, ya sabemos que somos pecadores y hoy deseo recordarle que:

 

“ …Y la sangre de JESUCRISTO su Hijo nos limpia de todo pecado”

1 Juan 1:7 b

 

     El olfato no se lo dirá, pero sí su corazón y su mente; que por usted JESUCRISTO murió y resucitó.  ¿Por qué no le acepta como su salvador?  Solo su sangre derramada en el Calvario puede limpiarle de todo pecado.  Le invito a que lo acepte en su corazón.

 

Dios le Bendiga,

 

 

Rev. Joel Velásquez Peralta

Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt