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Era una escultura de la útima cena de nuestro Señor
Jesucristo. Su costo: $90,000.00. Contendría trece figuras. Fue
ordenada para exhibirse en la “Ciudad del pecado”, Las Vegas,
Nevada, en E.U. Le insistieron al escultor que todos los modelos
fueran naturales y bien parecidos. No fue fácil encontrarlos,
pero lo logró y así inició su muy especial trabajo el cual duró
varios meses.
Terminada la escultura, el que personificó a Judas
era tan genuino, que todo el mundo le reconocía. El modelo,
acosado por tanta molestia, -“Tú eres el Judas” -, le decían al
reconocerlo; pidió al escultor que alterara el rostro de la
escultura. “La verdad es que a nadie le gusta ser Judas”.
Pero lo cierto es que todos tenemos algo de Judas
en nuestra forma de actuar, vivir, pensar, y nada bueno se
manifiesta. Por eso JESUCRISTO declara:
“… ninguno hay bueno sino solo DIOS”
Lucas 18:19b
Solo JESUCRISTO puede quitar ese “algo de
Judas” en el ser humano y transformarlo en una persona diferente.
Créalo, acéptelo como su Salvador y disfrute de su perdón, paz y
vida eterna.
¡Hágalo, no se arrepentirá
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
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