|
Reflexiones Anteriores |
|
|
Al principio eso parecía; una nube pequeña en el
horizonte. Pero, ¡increíble, fue creciendo hasta cubrir el cielo
de Yemen, del estado de Arabia. Eran millones de alas que
zumbaban y se precipitaban sobre cien mil hectáreas de cultivo.
Eran langostas, una plaga que no deja nada verde.
Después de Yemen, se extendieron a Chad, Níger y Mali, dejando
destrucción por donde pasaron.
Hoy día, además de esta plaga, existen otras plagas
que están devastando vidas y almas en todos los países del mundo.
La plaga de la violencia, que deja cuerpos destrozados; el
divorcio, que deshace hogares; el alcohol, líquido engañador; la
droga, destructora de cuerpos y almas; el suicidio, destruyendo
futuros; el SIDA, que sigue matando; sectas extrañas que fanatizan
a sus adeptos; la incredulidad, que ahoga el orden moral y
espiritual, etc.
¿Cómo podemos librarnos de estas plagas? Con
JESUCRISTO, la única esperanza para toda la humanidad. Lea
con atención:
“He aquí, YO estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a
él, y cenaré con él, y él conmigo”
Apocalipsis 3:20
¿No sería bueno que escuchara ese llamado y
respondiera? Solo JESUCRISTO puede librarlo de cualquier
“plaga” que está por destruir su vida.
Acéptelo, invítelo a entrar a su corazón hoy.
DIOS le bendiga,
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor de la Iglesia Bautista de Roosevelt
|