“…diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido?
Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a
adorarlo.” Mateo 2:2
Mañana 6 de Enero, celebramos lo que tradicionalmente
conocemos como la Epifanía o la presencia de los Magos en el
evento del nacimiento del Mesías prometido. La narración
bíblica los presenta como Magos de Oriente que llegan guiados
por una estrella de gran magnitud. Hay que recordar que en
tiempos del nacimiento no existía la diferencia que hoy
establecemos entre astronomía y astrología.
Como suele suceder ante eventos como el de la aparición de la
estrella de Belén, la curiosidad natural de los seres humanos
los lleva a investigar las posibles explicaciones naturales
que se puedan establecer. A través de los siglos hombres de
ciencia de renombre, entre ellos Johannes Kepler, astrónomo y
matemático de principios del Siglo 17 establecieron el año 7
antes de nuestra era como fecha de la aparición del fenómeno
estelar. Se ha aceptado como un dato histórico que Jesús nació
aproximadamente seis años antes de nuestra era.
Existen lecciones para nosotros en el relato de los Magos o
Sabios de Oriente y la estrella que los guia. Tanto la
partición del Mar Rojo por un viento recio del norte, como nos
dice el relato bíblico en el Antigüo Testamento, y la
aparición de la Estrella de Belén ejemplifican la utilización
de los elementos y componentes de la naturaleza para dejar ver
DIOS, su poder sobre ellos en su empeño por salvar y regenerar
al género humano.
Otra lección para nosotros, tal vez la más importante, es que,
de la misma manera en que la buena nueva del nacimiento del
Salvador nos llega a través de unos pastores humildes, la
narración culmina con la postración y adoracion ante el Niño
Jesus de unos Magos que poseían poder económico y sabiduría de
hombres.
Aprovechemos para traer delante de nuestro DIOS tanto lo que
poseemos como lo que sabemos en este Año Nuevo - 2014 - que el
Señor nos permite comenzar a vivir.
Su hermano en Cristo, Neftalí Rivera Nieves
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