MANDAMIENTO DIVINO
Cuando alguien nos ha ofendido, de una manera tal que daña el
alma, exclamamos ¡Jamás lo perdonaré Esto presupone que la
herida es demasiado grande como también el desencanto y el
dolor insoportable.
Vivir sin perdonar es como llevar una piedra en el estómago,
echar sal continuamente en una herida abierta. Vivir sin
perdonar nubla el entendimiento, endurecer el corazón y
amargar el alma.
Cuando JESÚS agonizaba en la cruz, y cuando su sufrimiento era
insoportable, dijo: “Padre, perdónalos” Esa fue la enseñanza
de JESUCRISTO, quien ofrece el perdón divino, gratis, eterno y
perfecto.
Lea con atención: “De la manera que CRISTO os perdonó, así
también hacedlo vosotros” Colosenses 3:13b.
El perdón NO es una opción; es un mandato; solo JESUCRISTO nos
da la fuerza para cumplirlo cuando con sinceridad lo hemos
hecho nuestro Salvador y Señor.
DIOS le bendiga.
Rev. Joel Velásquez Peralta
Pastor: Iglesia Bautista de Roosevelt.
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