CUATRO SIGLOS DESPUES
Era un joven médico psiquiatra inglés, tenía una carrera
brillante y una numerosa clientela. Trabajaba para la mejor
clase social de Londres. En
uno de sus viajes que había hecho por España, había adquirido
una vieja espada del siglo dieciséis, de las mismas que habían
usado los caballeros del rey Felipe.
Como un trofeo, esa hermosa espada adornaba una de las paredes
de su consultorio; una tarde un paciente que sufría ciertas
perturbaciones mentales, en un descuido del doctor, se
levantó, agarró el arma y la hundió en la espalda de su
psiquiatra.
Cuatro siglos después, convertida en objeto de arte, había
provocado una muerte más. Me
pregunto: ¿En verdad, fue la espada la que realizó tantas
muertes? No,
no fue la espada. El
único responsable de todas las acciones que realiza el hombre; es
él mismo.
No deje de leer esto con atención: “Porque
de dentro, del corazón del los hombres, salen los malos
pensamientos...; Marcos
7:21ª.
Todos nos movemos por los impulsos de nuestro corazón, si
tenemos el alma enferma, nuestras acciones serán malas.
Sólo JESUCRISTO puede limpiar nuestra alma, dándonos un nuevo
corazón y un nuevo espíritu. Hoy usted puede aceptarlo como su
Salvador y Señor de su vida, ¡Hágalo
DIOS le bendiga.
Rev. Joel Velásquez Peralta.
Pastor: Iglesia bautista de Roosevelt
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